mercredi 12 mars 2008

El viaje de mi miniyo (y que era yo)

Era una noche hermosa y los dos se encontraban en la pequeña terraza de la cabaña. El aire era cálido, se respiraba a verde y la naturaleza dormía ya. El cielo era obscuro y estaba estampado de estrellas, como pecas estelares y las dirigía la madre de éstas: la Luna. Ésta última irradiaba una intensa luz que contrastaba con la obscuridad del espeso bosque que yacía frente a ellos.

Entonces la pequeña preguntó:
- ¿Qué hay allá arriba, tan alto y lejos donde viven las estrellas?

Y Él contestó:
- Pronto te llevaré allá para que conozcas y sientas la vista que hay desde ese lugar. Serás estrella y luz; serás fuego y energía; te convertirás en viento que jugará entre los árboles y en agua que recorrerá las entrañas de la Tierra.

¿Y ella cuestionó?
- Pero, ¿cómo podré hacer eso, si soy pequeña? Y, además, mi cuerpo, ¿qué haré con él? Voy a estar muy lejos de la cabaña, y si voy a visitar tantos lugares no creo poder llevarlo.

A lo que Él respondió:
- Por eso no te preocupes, yo estoy contigo y eso es más que suficiente; yo te cuidaré y ni tendrás necesidad de él, seremos uno en el infinito mundo del amor y la eternidad....

Y así fue, llegó el gran día del viaje, de la transformación y se dispusieron a ir. La pequeña tomó su mano y una gran luz, como fuego que no quema, los transformó en nada, pero a la vez en todo, los cuerpos se desvanecieron y fueron inmensidad.

Comencé por las estrellas, en el cielo, y desde allí observé el Universo y la Tierra; enseguida fui viento y jugué entre los árboles y peiné sus frondosas ramas llenas de hojas, acaricié las flores e impulsé a las aves del firmamento.

Después me convertí en nube, suave, esponjosa y ligera, flotando en la inmensidad del cielo; de mi yo-nube caí a la tierra como lágrima de lluvia, entré en la tierra y conocí sus entrañas; resurgí en una flor recibiendo el abrazo directo del padre Sol.

Y fui agua, corrí por un río y conocí otros rumbos nunca antes vistos ni visitados, en cavernas y resquicios minúsculos.

Y de nuevo fui viento, agua, nube, cielo, estrella y todo lo que se podía ser en la inmensidad del Universo infinito de la mente y el corazón......

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